Mercadotecnia cultural: el Louvre y Beyoncé

Por Elizabeth Reyes

 

El Museo del Louvre en París tiene el récord de visitantes en el mundo. Tan sólo en el 2018 logró 10.2 millones, eso significa que cada día recibió casi 28 mil personas durante el año pasado, pese a la situación de seguridad, amenazas y ataques terroristas que sufrió esta ciudad durante los años anteriores.

 

¿Qué es lo que hace el Louvre para lograr esas largas filas en sus accesos? Además de tener una colección única de obras de arte, la Mona Lisa y un edificio que es interminable de definir por su belleza e historia arquitectónica, sin duda alguna, ha recurrido al marketing cultural como una herramienta que se ha ido consolidando con el paso de los años, pese al rechazo de los más conservadores del arte.

 

A partir de los atentados del 2015, el museo recibió la peor caída de su asistencia, por lo que no es coincidencia que en el 2018 surge un video musical de la pareja Beyoncé y Jay Z, recorriendo las principales obras del recinto. El resultado: romper su propio récord de asistencia en la historia del Louvre.

 

¿Quién necesita a quién? Muchas personas pensaron que la pareja de cantantes de reconocimiento mundial rentó el recinto para grabar su video. Sin embargo, no fue así. El Museo Louvre sacrificó las decenas de miles de euros que cobra por la renta de sus espacios para lograr llegar a un nicho de mercado óptimo para él: jóvenes con poder adquisitivo. Pero además, logró que millones de personas que nunca estuvieron interesadas en visitar un museo vieran sus principales obras. Esa es la magia de la mercadotecnia cultural aplicada a los nuevos tiempos.

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